A través de un contrato de alquiler, el arrendador cede el uso y disfrute de un bien inmueble (la vivienda) al inquilino por un tiempo determinado, mientras que el inquilino se obliga a pagar la renta fijada libremente entre las partes, siempre que no supere la renta máxima legal, y a devolver la finca tal y como la recibió al concluir el contrato de arrendamiento.
El mobiliario, los trasteros, las plazas de garaje y otras dependencias, espacios arrendados o servicios cedidos como accesorios de la vivienda, están contemplados dentro de las normas relativas al alquiler de vivienda.
Dicho contrato va a servir como vínculo entre el arrendador y el arrendatario y se utilizará como prueba ante las posibles discrepancias que pudieran surgir durante el periodo en que dure el arrendamiento. Por esta razón es muy importante conocer de manera muy clara los términos que se están firmando en el contrato.
Además, para los contratos de arrendamiento que se celebren de edificios o viviendas, el propietario deberá disponer del Certificado de eficiencia energética (o una copia de éste) que deberá mostrar a cualquier arrendatario potencial interesado en la vivienda y debiendo entregar copia del certificado al arrendatario definitivo de la misma.
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